A 4.560 km de casa. Mis compañeros incrustrados en sus inconvenientes, cantar sus versos de hallazgos, extravios y de cuanto extrañan el andar por ese mundo gris, inundado de un perfume con aroma a materiales que no provenien de la dueña de nuestros cuerpos (esa vieja que pide piadosamente poder morir).
Aca en altamar todo esta colorido de un negro tan imponente como tus ojos que quiebran mi espalda.No hay muros visibles, ni rastros de mujeres, ni siquiera una guitarra resonando en mi oreja, ...
A 4.560 km de casa. Mis compañeros incrustrados en sus inconvenientes, cantar sus versos de hallazgos, extravios y de cuanto extrañan el andar por ese mundo gris, inundado de un perfume con aroma a materiales que no provenien de la dueña de nuestros cuerpos (esa vieja que pide piadosamente poder morir).
Aca en altamar todo esta colorido de un negro tan imponente como tus ojos que quiebran mi espalda.No hay muros visibles, ni rastros de mujeres, ni siquiera una guitarra resonando en mi oreja, solamente hay paz (nunca odie tanto la paz),silencio y pura añoranza de tus labios.Te veo cuando no hay luz que me ilumina, cuando me desprendo del barco, cuando mis lagrimas son atrapadas por la red pesquera y cuando leo y veo las fotos (inundadas de olor a bacalao) que nos sacamos esa tarde donde el sol nos admiraba, donde pudimos observar el llanto del asfalto al desear ser pasto de nuestro jardin, donde el alba nos juraba dejar de meterse asi la noche nos pudiera envolver para ser brillo eterno.
Con esta carta, envio un puñado de rocas de lo mas profundo de mi mar.Las rocas (como mi amor por vos) estacionan con los años y perduran hasta que sean vistas por tus ojos y que sean envueltas en tus manos que brillan con la lluvia y se esconden cuando no hay arcoiris.
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